Una de las ventajas de nuestro viaje a Estambul fue el
poder tener la suerte de tener nuestro propio guía particular. Nuestro amigo
Carlo que llevaba viviendo un par de años en Estambul nos deleito con un día
por el Bósforo.
Normalmente la gente hace las visitas guiadas en las que
uno siempre se ve constreñido a la ruta fijada por el tour.
Carlo sabiamente nos embarco en una ruta por medio de
transporte público combinado con barcazas locales que cruzan el golfo de una
orilla a otra.
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